Entre espinas… bebe de esa dualidad presente en prácticamente todo mi trabajo, donde la fragilidad y la violencia contenida en la Ciudad contemporánea es “retratada” al mismo tiempo que se desdobla en su par opuesto. Como una zarza que impide el paso e impone la contemplación y el respeto, la ciudad se vuelve inaccesible para algunos. Te hiere continuamente pero también te alimenta, te reta. Las ramas son injertos de varias especies o “razas” que se funden en un todo que las fortalece. Son, en resumidas cuentas, un retrato del acontecer cotidiano del urbanitas de a pie y una muestra de la belleza del momento que anticipa el florecimiento de una ciudad y su imposición ante la naturaleza. El absurdo y la tensión que conllevan la creación artificiosa del hombre, y la naturaleza que impone su ritmo y yergue sus defensas. Una ciudad que crece desaforadamente, y como la hierba o una liana de árbol, impone su criterio.

Artificio versus Naturaleza. Libertad versus Raciocinio. Lo orgánico imponiéndose a la línea fría y rebuscada de la naturaleza humana.

Carlos Garaicoa, enero 2025

Vista de la instalación en Estudio Carlos Garaicoa, 2025

Foto: Oak-Taylor Smith