Yo nunca he sido surrealista hasta el día de hoy es un proyecto site-specific que ocupó más de 1000m2 en la Galería Oval del MAAT de Lisboa. Partió de una maqueta homónima, hoy en la colección del Musée de Beaux Arts de Montréal. Como ésta, remite a esa ruptura del paisaje urbano contemporáneo al explorar la relación entre sujeto y ciudad, arquitectura y urbanismo, ficción y realidad, transportándonos a un mundo distópico donde nos encontramos, a modo de espejo, con nuestras fragilidades y temores. Se ha configurado una suerte de espacio caótico en el que conviven luces y torres eléctricas, semáforos, un accidente aéreo y vegetación diversa; un paisaje de luces parpadeantes que termina emulando a un cuerpo vivo, que respira.

Yo nunca he sido surrealista hasta el día de hoy es una pieza que dialoga con la propia historia del museo en el que se presentó, emplazado en una antigua planta termoeléctrica, y que también es testigo de ese cambio en los usos de las energías en la actualidad.