Cuando el deseo se parece a nada
Cuando el deseo se parece a nada, 1996
Instalación: 3 fotografías, texto en vinilo, instrumentos para tatuar.
50 x 60 cm
Yo normalmente he tratado el tema de la ciudad y en particular La Habana sin presencia del elemento humano, esta es la primera vez que utilizo el retrato en una obra que tiene que ver con la ciudad. Esta obra se presentó por primera vez en Art in General, Nueva York, en una exposición homónima. En ella aparecen retratadas las torres gemelas del World Trade Center en N.Y, un joven cubano con esta imagen tatuada en el brazo y una foto antigua de un Tatoo Parlor en los Estados Unidos acompañada de instrumentos para tatuar de origen doméstico. “Es la grandilocuencia de un discurso externo dirigido a uno mismo, cómo un espacio puede penetrarnos, puede entrar en nosotros… hasta que se convierte en una obsesión. Es una metáfora acerca de cómo transgredir un espacio real, o transponer un espacio real a través de nuestro propio cuerpo –lo que podemos inscribir en nosotros, nuestro propio deseo, pero cómo este deseo puede ser tan doloroso que somos conscientes de él.” (Carlos Garaicoa)
